De bien pequeña, he recibido críticas muy duras, por parte de los miembros de mi família, a cerca de mi feminidad. Era extremadamente presumida, adoraba los bonitos peinados, las faldas con vuelo, las bonitas blusas, y sobre todo los tacones, siendo un objeto de burla constante.
Me enfundaba los tacones de mi madre a la mínima de cambio, o probaba el carmín de color "rojo pasión" que ella utilizaba.
Deseaba hacerme mayor, para vestir esos zapatos, esas medias de costura, o esas faldas.
Pero se torció en la adolescencia, escondiendo cualquier atisbo de feminidad.
Hasta ahora.....
Vuelvo a fascinarme, poco a poco por la elegancia de la sencillez y la naturalidad de los portes.
Pero ahora se extiende un poco más. No solamente en la vestimenta, o en la educación social, ahora lo traslado a casi todos los ámbitos de mi vida, deseosa de aprender a sacarlo poco a poco...
Y ello es más vívido cuando leo, cuando escribo...
Hoy me inspiro recién salida de un momento de sueño al que me ha tenido inmersa un blog.
Deliciosas letras, llenas de matices, que regalan destellos a la mente ...
Elegantes situaciones plasmadas, honorables actos descritos, preciosos sentimientos transmitidos...
Leo.... y continuo leyendo... cada vez es donde más a gusto estoy, porque me hablan sin verbalizar a voz una letra, porque acarician sin tocarme la piel, me embriagan sin oler o beber, me excitan sin ver nada más que letras...
Hay muchas cosas que se ven entre las líneas de cada uno de los reltaos.
Y me dan paz, pero sobretodo, esperanza.
Gracias.... Sobretodo a quién transmite con espontaneidad, sencillez y realismo, con elegancia y clase, sus más profundas vivencias.
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