jueves, 28 de marzo de 2013

Puccini, la entrega y la muerte



El Liceu ayer me hizo derramar hasta la última gota de mis lágrimas. Puccini con su Madamme Butterfly me resonó hasta lo más profundo de mi ser.
Su entrega, su amor incondicional y profundo, me recordó a mi espera.
Me pregunto ¿acabaré convirtiéndome en una Madamme Butterfly? ¿Acabaré mis días haciéndome el Harakiri?
Una pregunta que siempre me ha rondado por la cabeza, cada vez que un hombre ha aparecido en mi vida. Ésa entrega total, ésa confianza ciega no condicionada que debemos entregar, puede ser un arma de doble filo.
Siempre me he rodeado de depredadores a mi alrededor, y por el daño sufrido, incluso por mí misma, ha hecho que tenga pánico a entregar mi confianza...
Sin razonamiento de peso para mí, la confianza ciega, no es nada más que una utopía.... Pero hoy quiero que ésa utopía se convierta en realidad.
Quiero dejar de desconfiar. Tengo ganas de gritarle a los cuatro vientos que NECESITO romper mis propias barreras, que quiero que la vida me dé la oportunidad de ver palpablemente cuánto he estado equivocada durante todos éstos años.
Quiero que la vida me diga: "Solamente confiando en mí, conseguirás tus sueños".
A ella le pido pues, "Por favor, muéstrame que así es. Que puedo confiar en ti. Necesito confiar en ti. Da una nueva lección de HUMILDAD a ésta persona que quiere aprender a ser feliz. ¡Ayúdame!".
Quiero creer que la Madamme Butterfly de anoche fue un reflejo directo de como me encuentro y de mi miedo. Quiero creer que no será proféticamente apocalíptico. No quiero que sea un drama en mi vida, de nuevo.
Si el trabajo de la espera, la incertidumbre, y el miedo forma parte de la sumisión recién aceptada, veo ahora más que nunca, que es mi camino REAL, pues es de lo que estado rehuyendo toda mi vida.
El dolor por la incertidumbre, por el miedo a la traición, la profunda desconfianza, está tocando lo más fondo de mi ser.
Quizá "me" he plantado ante mi un nuevo reto. ¿El Harakiri se lo haré a mis viejas creencias, costumbres y modos de acutar?
Ishallá......

2 comentarios:

  1. Cortarle las distintas cabezas a la hidra de los miedos y la desconfianza es una tarea larga, pero sumamente estimulante. Tanto como el sublimeplacer de escuchar Madame Butterfly en directo. Nada de rendirse, Mimi, ni de dar marcha atrás. Quizás eso no nos libre del abismo, ni consiga evitarnos la destrucción por nuestra propia mano -¿quién puede saber qué insidiosas serpientes anidan en lo más profundo de sí mismo y cómo será su mordedura?-, pero sirve para alumbrar un camino allí donde sólo había oscuridad o como mucho penumbra.

    ResponderEliminar
  2. Jamás podría hechar marcha atrás, querido Valcour.... No concibo la vida de otra manera, a pesar de que la idealización está disminuyendo, volviéndose real, y auguro un camino difícil lleno de rupturas reales, que por otro lado, anhelo profundamente...
    Mi naturaleza no me lo permite, porque reconozco que es miedo, y por él jamás me he dejado vencer, y ahora no será distinto.... Lo haré mejor o peor, pero continuaré caminando el sendero reconocido a un nivel tan profundo y con tanto entusiasmo.

    ResponderEliminar