miércoles, 24 de abril de 2013

Como una cebolla...

Las viejas capas de la cebolla, se van cayendo. Viejas fantasías, y también viejos miedos. No sé si debe ser que no estoy preparada para según qué cosas, o es la antigua inercia de pensamientos (¿Quizá sean mis amados tóxicos?). Creo más en la segunda opción que en la primera.

Ayer medité. Medité después de mucho, mucho tiempo. Necesitaba ver con claridad lo que me estaba pasando. Necesitaba saber qué era lo que me angustiaba. Necesitaba centrarlo.
Al final y sin mucho esfuerzo, porque fluyó limpiamente, dí en el clavo: Me aterraba la idea de sentirme amada... Así salió. Rápidamente, salió la otra cara: sentía terror de no amarme a mí misma lo suficiente.

Pena.
Compasión.
Paz.
Serenidad.
Calma.
Alegría.
Y finalmente Amor...

Por éste orden salieron todas las emociones...

Ahora, desde más perspectiva, sé que es un patrón del pasado. No voy a luchar contra él, pero no le daré más fuerza, porque me amo...
Bach me acompañó en el camino...



A tu Alba. Simplement GRÀCIES.

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