lunes, 15 de abril de 2013

Re-confirmamos, re-afirmamos, y descubrimos...

Nos estuvimos preparando durante las horas anteriores. Yo no me daba cuenta de ello. De hecho me doy cuenta ahora, mientras escribo. Me hablaba sobre él, sobre su vida. Por mi parte, a medida que más conocía, bajaba más la guardia, y me mostraba más yo misma. Él lo vive de un modo completamente natural, y a mi ésa manera de verlo y vivirlo, me calmó y así lo viví, naturalmente. Y llegó cuando tenía que llegar.

Me han abofeteado... por primera vez en 25 años.
Choca, extraña, duele, y algo más que al principio no sabes encajar...
Además fue de improvisto. No me lo esperaba. Tenía en mi cabeza, mis nalgas preparadas y mis pechos también. Pero no mis mejillas.
Bofetón-caricia de contención, explosión por mi parte con un llanto de extrañez-dolor y tensión acumulada durante los días anteriores, pero que se pasa rápidamente. No hay pena, no hay tristeza. Es excitación.
Te acurruca, lloras, pero quieres más. Y más fuerte, una vez que ya han pasado los primeros minutos y te has colocado en tu sitio todo lo que puedes.
Tu cabeza y tu cuerpo no van de la mano. O si....
Tu cabeza trabaja intensamente para encajar el golpe mientras tu cuerpo se excita. Mucho.... Choca el recuerdo de la bofetada como castigo, al bofetón de placer.

Decubrimientos...
A medida que más bofetones recibía, más aumentaba mi confianza en él, y por ende, mejor me sentía, y más deseaba sus azotes. Me encaraba a la espera de la próxima, cerraba los ojos como reacción natural, pero en cuanto el contacto de su mano tocaba mi mejilla, más me relajaba en mi mente y más me desvocaba ante el deseo físicamente.

Ahora me asaltan los recuerdos más recientes, y mi cuerpo reacciona ante ellos. Se excita, se humedece y mi cabeza se siente bien, sin remordimientos ya, sin dudas, sin miedos, queriendo más, a sabiendas que puedo dar más...

Otra confirmación realizada...

No hay comentarios:

Publicar un comentario